sábado, 28 de febrero de 2009

Pequeña gran diferencia

Gente cercana echó en falta a la joven que no había vuelto a casa. Todo pintaba mal cuando se supo que podía estar muerta al saberse que había sido golpeada con un objeto contundente y arrojada al río después. Parece que por amor. Se detuvo al presunto asesino, que debía ser su novio o algo similar.

Por 25 pesetas, ¿de quién estamos hablando? Sí, exactamente. De la joven brasileña de 26 años que vino a España con la promesa de un amor encontrado vía Internet dejando una niña en su país y que tras el fracaso de la relación no tuvo más remedio que meterse en el mundo de la prostitución hasta que un cliente la mató porque se había enamorado de ella.

Tan solo existen unas cuantas diferencias entre este caso y el sobradamente conocido:
- Nadie de la familia ha ido a verse con el presidente del gobierno.
- Las televisiones no han dedicado programas enteros al ‘esclarecimiento’ del caso.
- El código penal parece el adecuado en este caso y no merece ser cambiado.
- No me ha llegado la invitación a ningún evento a favor de la chica brasileña.
- …

En resumen, que no ha calado tanto. Quizá no hay marchas multitudinarias al no haber padres con hijas brasileñas de 26 años que se sientan identificados; o quizá es porque la familia de la chica aun no ha decidido si quiere reunirse con ZP o Lula; o puede ser que el asesino se quisiera quitar la vida y por eso nos da más pena; o lo mismo es porque como ya encontraron el cadáver, ya perdió toda la emoción

Yo creo más bien que somos una sociedad hipócrita que ni siquiera sabemos diferenciar un cuadrado de un círculo y encima nos atrevemos a dar lecciones de humanidad al vecino. Sin más.

sábado, 21 de febrero de 2009

Dilema

Estas son las situaciones:

1) El otro día fui a una librería para encuadernar un taco de hojas, pero resulta que ya tenía las tapas y el canutillo. Con cierta vergüenza y timidez le pregunté a la dependienta que si me podía hacer el favor de hacerme los agujeros, pensando incluso que le estaba echando un poco de cara. Llegué a decirle que si tenía mucho trabajo que lo podía hacer yo perfectamente. Me dijo que no me preocupase, me hizo los agujeros en un minuto y yo le pregunté, por educación, que si le debía algo y ella contestó:

- Pues si, 30 centimos.

Me lo dijo con el tono ese de “si te piensas que te va a salir gratis, vas listo”. Sin problema alguno se los di y me fui.

2) Hace algo más de tiempo acudí al zapatero porque se me estaba despegando una cosa del zapato. Del mismo modo le pregunté que si le debía algo y me dijo que no, que no le había costado nada. Sucede algo parecido si vas a hacerte un agujero en un cinto, no te suele cobrar.

Obviamente, en ninguno de los casos el problema es el dinero, porque nadie se va a hacer rico ni pobre por 30 céntimos. La cuestión es el detalle. Yo entiendo que es su trabajo y que comen de eso, pero en el primer caso me dan ganas de ir a cualquier otra librería (porque cerca de una facultad no es la única) y en el segundo, estoy seguro de que si tengo que escoger una zapatería lo tengo claro. ¿Estaré equivocado? He ahí mi dilema.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Presuntas dimisiones

Malos tiempos corren para la política. Si es que alguna vez fueron buenos. Me refiero a la credibilidad y confianza de la que presume la clase política que nos dan. Malo es que los que están no sepan poner cuerdas al burro estancado en el barro. Lo peor es que los del otro lado no tienen pinta de poder hacer mucho más. Me explico.

De todos es sabido que el Gobierno no sabe o no puede hacer nada por salir de ésta, cualquier actuación será inútil antes de llevarla a cabo. Me da igual que vaya el presidente a la televisión a ver cómo la gente le dice “¿qué hay de lo mío?” o que hagan previsiones sobre las previsiones ya previstas. El problema no es siquiera que por enésima vez no se pongan de acuerdo ni en quién saca primero ni quién elige campo. Lo más grave del asunto es que piensas que la alternativa haría lo mismo: nada.

El tema es que tanto ZP como Rajoy tienen su circo bien montado. El primero porque en vez de payasos tiene a Ministros de Fomento e Industria y en vez de domar leones ha de controlar a los banqueros, que son para darles de comer aparte también. Y el segundo porque se le escapan los monos de la jaula a buscar la comida en el bolsillo de los demás.

Y este es otro asunto. Parece que va siendo normal que cada dos días aparezcan noticias sobre corrupción y demás negocios turbios. De todos es sabido que los políticos han robado, roban y lo harán toda la puta vida porque los españoles somos así. Lo que ya es cachondeo y recochineo es que encima tengamos que escuchar que “yo no tengo nada que ver” o que “solo pasaba por allí”. Estoy de la presunción de inocencia hasta las narices. Ya el simple hecho de escuchar su nombre metido en el marrón tendría que servir para que se les cayera la cara de vergüenza y se fueran a su casa con el rabo entre las piernas.

Pero pedir la dimisión a un político es predicar en el desierto. Tú vas a un tío de estos que ha echado mano al bolso público a solicitar su dimisión y se ríe en tu cara: “¿pero tú sabes lo que se gana con esto, chaval?”. Por poner un ejemplo: ¿Acaso alguien duda de que el Presidente de la Diputación de Castellón (Carlos Fabra) es un delincuente? Me da igual el partido, la ciudad, la región o el ayuntamiento al que se vayan a robar. Me da igual la excusa: corrupción, espías... Aquí hay mucho cerdo metido tomándonos el pelo, pero como somos fanáticos de nuestros líderes demostramos la cuadratura del círculo si hace falta. Los cabrones, de toda la vida, son de izquierdas y de derechas, del Barça y del Madrid, con bigote y sin bigote… y lo que tendrían que hacer los responsables de esos sinvergüenzas es apartarles hasta que se demuestre su inocencia, precisamente. Que luego dirán que si decimos.

Editado: corregida una grave falta de ortografía debida exclusivamente a un error tipográfico y no al desconocimiento de las reglas básicas de la ortografía. Gracias al lector que atento me avisó.