domingo, 20 de julio de 2008

Del NO civismo

"Dejadle que se muera..."


Hace un mes aproximadamente contaba lo que fue un ejemplo de civismo. Hoy os puedo contar lo que no es, y esto no es Barrio Sésamo, aunque a los protagonistas de la historia les hubiera venido bien ver algún capitulillo.


Resulta que estábamos tomando unos cacharros en una terracita típica de verano, una vez que pagamos lo consumido nos levantamos y nos dirigimos hacia otro lado. A los 20 metros nos encontramos con uno que nos entretuvo unos segundos. En esto que vemos como empiezan a subir el tono de voz unos individuos que enseguida pasaron a lanzarse los vasos, las sillas y las mesas en las que habíamos estado tranquilamente hace un par de minutos. Se empezó a alborotar la gente que estaba en las terrazas contiguas con lo que se levantaron y se apartaron cada vez un poco más.


Pasarían unos 5 minutos en lo que vino la policía a toda caña y posteriormente una ambulancia que atendió a uno que recibió varios sillazos mientras otros pedían a los sanitarios que no le curasen.


No sé muy bien cuál sería el motivo de la disputa, en cualquier caso sería una absoluta gilipollez y además la gente que tarda menos de un minuto en sacar la navaja o soltar el puño, o no tienen muy bien conectados los cables del cerebro, o bien son auténticos imbéciles integrales.


(Antes estaba adornado con mesas y sillas igual que como se puede ver a la izquierda de la foto. Está hecha con el móvil así que no se pida calidad.)


En fin, varias conclusiones. Una, que se ve que el civismo no a tocado aún a ciertos personajes; Dos, que mucha gente se fue sin pagar aprovechando el alboroto; y Tres, que el morbo nos puede, sino no podría contar estas cosas de primera mano.

lunes, 7 de julio de 2008

Éxitos nacionales

Como esto está pensado para que dure algo más que diez meses, ahora los temas serán algo diferentes a los de estos últimos tiempos. Veía necesario expresar mi satisfacción por los éxitos nacionales y como tampoco me inspiro mucho en estos temas recurro al maestro de los maestros y al artículo que escribe semanalmente en la revista de las tetas, en la cual yo siempre me leo las tetas y miro los artículos. Espero que la esgae no me cobre un duro por utilizar el artículo, porque sino llamo a Ramoncín para que me defienda. (Valientes abrazafarolas). Ahí va:

Vengan lo de Arconada con sus rabonas,
sus sombreros con túneles al revés,
parecen un Atleti de Barcelona
o el arsenal de un Betis aragonés.

Esos locos bajitos de Zapatones,
los del toque exquisito con rhythm and blues,
galácticos de Móstoles, respondones
al gol de Marcelino contra la URSS.

Niño, no dejes de joder con la pelota,
niño, brilla más que Villa, corre más que Torres,
cómete a Zambrotta.

Peloteros jugones del tiqui taca
que hacen malabarismos con el balón,
defienden en pandilla, y, mientras atacan,
coronan a Casillas contra Buf fon.

Distéfanos culés, Zidanes manchegos,
Maradonas de Asturias, Cruyf fs de arrabal,
Eusebios valencianos, Pelés gallegos,
Platinis del dream team de Villarreal.

Niño, no dejes de joder con la pelota,
niño, brilla más que Villa, corre más que Torres,
cómete a Zambrotta.

Nunca fueron tan rojos los españoles,
ni el cerrojo de Putin tan perdedor,
Merkel y Berlusconi no marcan goles,
Zapatero es un culo con una flor.

viernes, 4 de julio de 2008

…y yo no sé qué contestar

Tras las necesarias horas de acoplamiento a la normalidad, tengo la necesidad de contar este último trance que supuso la vuelta a la realidad.

El viaje se inició con la despedida de Guille, que fue más breve que las anteriores:

- Rápido que esto no me gusta.

Después los abrazos se los llevó Sita cuando se subió al tren. Parecía que era ella la que se iba, pero realmente aquí comenzó nuestro adiós a la ciudad. Estábamos María y yo dando vueltas por las calles tal y como cuando llegamos el 25 de Agosto de 2007, es decir, ayer mismo.

Compramos cosillas de recuerdo y cogimos un par de bicis típicas de turista para poder decir que visitamos la ciudad en bicicleta (algo que hay que hacer si se va a CPH). Recorrimos lo típico pero esta vez con un regusto especial, el de la última cucharada de tu plato preferido; tumbados en un parque recordando los momentos de risa con la gente hasta que su siesta me dejó con la palabra en la boca…, observamos a la Sirenita desde una de las piedras que la rodean mientras veíamos como otros turistas nuevos se hacían las mismas fotos que nosotros ya teníamos y tomamos al última birra sentados en un Nyhavn repleto de gente hasta que decidimos que era momento de abandonar, de dejar atrás una caja de diez meses en los que caben un puñado de recuerdos inolvidables.

Comenzó la odisea de viaje discutiendo con una arisca empleada de la compañía de aviones sobre los kilos y bultos que llevábamos. El vuelo iba con retraso y nosotros muy abrigados por lo que fue una especie de tortura que al final acabó en que nos libramos de pagar sobrepeso. Uno-cero.

Aparcamos el sufrimiento hasta que, al aterrizar en Londres, hicimos una cola de no más de media hora para pasar el control de pasaportes. Acabábamos de entrar en el hostal más grande de la ciudad: Stanted. Mucha gente sobando en el suelo, tanta que yo pensé que sería más fácil encontrar un hueco para sentarse. Era tiempo de ir al baño y de ponerse a leer el cuaderno…

Intenté dormir algo pero el colchón no era mullido así que me pasé la noche en vela mirando a la gente pasar como si estuviera en un balcón. Justo antes de ir a facturar nos metimos un desayuno inglés en toda regla. Nos vino bien porque ni comimos ni cenamos el día anterior. Ya en la cola de los billetes encontramos a una mexicana que nos hizo el favor de facturarnos una maleta para librarnos de algo de peso. A cambio la ofrecí acercarle a la estación de autobuses puesto que ella se dirigía a León. Tras pasar de nuevo el calvario de ir vestido con varias sudaderas y la cazadora nos montamos en el avión con destino a Valladolid. Estábamos cada vez más cerca.

Nos recibieron en el aeropuerto la familia, en mi caso solo mi hermana, la única que sabía cuando volvía. Me cogí su coche y me fui para casa. Llegué tocando la bocina como si llegase la selección a la plaza de Colón. Recogí todos los bártulos enseguida y tras dar un pequeño cambio de imagen me bajé al centro dar la otra sorpresa que me quedaba.

En fin, que me preguntan si quería volver…

martes, 1 de julio de 2008

Vamos bajando el telón

Pues esto llegó a su fin. Diez meses que han dado de sí bastante, en los que he aprendido muchísimas cosas de los mejores maestros. A todos muchas gracias por lo enseñado y por todos y cada uno de los momentos que en esta ciudad se vivieron.

El blog se titula "La canción más hermosa" y puedo decir que ha quedado una buena composición.

En fin, ahora empieza otra historia, una historia que dejé a medias antes de venir.

"Duele el corazón
cuando te lo dejas
cerca del final,
donde todo empieza."