martes, 8 de septiembre de 2009

Olor a naftalina

Corrían mis diecipocos años cuando mi madre me apuntó a catequesis para la confimación. La idea me interesó pues iba acompañado de un colega del colegio, por lo que accedí. Media horita antes de acudir a las clases, se bajaba a mi casa y nos entreteníamos jugando al ordenador.

Por entonces, estrenaba mi primer PC con MS-DOS de sistema operativo que incluía un juego simple pero bastante adictivo: el Gorilla.bas. Consistía en dos gorilas que se lanzaban bananas explosivas sobre un escenario de rascacielos de diferentes alturas. Tan solo era meter el ángulo y la velocidad y podías ver como un plátano despedazaba a tu rival. Para que os hagáis una idea, si no lo conocéis:

(aquí están a punto de matarme)
Recientemente lo descubrí online y me vinieron los recuerdos, y con ellos un vicio tremendo. Es lo más simple que puede haber, pero quizá por eso me gusta.

Ando detrás de otro juego del estilo que se llama Nibbles.bas, que es el típico de la serpiente. Espero conseguirlo pronto.

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