domingo, 18 de noviembre de 2007

O de como fue mi primera vez (patinando)

Pues era la primera vez que iba a patinar, ya sea sobre ruedas o sobre hielo, y como en Dinamarca no tiene mucho sentido hacerlo sobre ruedas pues ponen pistas de hielo en cada distrito. Total que nos metimos en una de ellas a experimentar con las cuchillas en los pies. A mí no me gusta confiarme y me imaginaba que la tarea no iba a ser sencilla, e hice bien, no lo fue.

Bien, la situación era la siguiente: una pista de hielo repleta de niños y niñas daneses y un grupo de erasmus claramente diferenciables. Te podrías imaginar que dada la juventud de los niños, éstos iban a tomar clases de patinar. Pues no. Los pequeñuelos ya controlaban el tema de tal modo que parecía que se estaban preparando para los próximos juegos de invierno. Unas velocidades, unos giros y unas frenadas dignos de una gran ovación de la grada. Y luego estabas tú ahí empezando por el principio: intentar mantener el equilibrio parado. Cuando te dispones a moverte descubres que avanzas poco o casi nada y te dices: “joder, ¿Cómo resbala esto!”; pero lo dices para tus adentros porque es un pensamiento de lo más estúpido.

Hasta que llega alguien que sabe y te da unas premisas básicas que para uno con cierta coordinación no resultaría difícil de llevar a cabo, pero yo necesito días de adaptación. Total, que me caí de todas las formas posibles: hacia adelante, de culo, de lado (siempre del izquierdo), encima de alguien (normalmente de la prima), etc. Y cuando parece que ya coges algo de ritmo y confías en que puedes dar una vuelta sin caerte es cuando llega la ostia mayor: esa en la que pasas unas décimas de segundo en el aire porque los pies, inexplicablemente, se fueron para adelante y tu cuerpo se quedó atrás; es esa en la que aterrizas con tus posaderas y que no se escucha el sonido del golpe porque la música está altísima.

Podemos resumir el evento con la descripción final del cuadro clínico: varias contusiones en la cadera izquierda, también en la retaguardia, principio de esguince en ambos tobillos y en ambas rodillas, dolor agudo en las muñecas y heridas en las palmas de las manos así como molestias en los dedos de los pies debido al encogimiento de los mismos provocados por la tensión durante la práctica del patinaje.

En fin, necesitaré dos cosas a partir de ahora: una, días para recuperarme y dos, muchas clases.

(Muchos ánimos y un besazo enorme L)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

RICO, ME HUBIERA GUSTADO ESTAR AHI CONTIGO Y DISFRUTAR DE TU GRAN HABILIDAD SOBRE LOS PATINES, TE JURO QUE NO ME HUBIERA REIDO NI UN POQUITO, JE,JE.
ESTOY DESEANDO LLEGAR ALLI Y PODER ESTAR JUNTOS EN TUS AVENTURAS, RESERVAME ALGUNA INTERESANTE.
TE QUIERO
UN MILLON DE BESOS

Mingo dijo...

HEY JEFE!!!
Cuando sea Santa Varianza te ponemos unos cubitos de hielo y nos demuestras lo q has aprendido!!

vale... tambien examos algo de ron a los hielos :P

Saludos!