domingo, 1 de junio de 2008

Ven a la 603

Como si de una premonición se tratara, esta noche mientras dormía se ha caído uno de los pósters que tengo colgado en la pared.

Digo lo de premonición porque ésta será la última vez que dormiré en esta habitación y he de quitar y recoger todo para dejarlo tal y como estaba.

Pensando ahora en cómo llegué hasta aquí, recuerdo la angustia de los primeros días hasta que recibimos el esperado mail de “Tenéis sitio donde dormir”. Parece mentira pero aquí llegamos sin un hueco donde dejar las maletas, de hecho, las primeras noches las pasamos de acoplados y en un hostal de mala muerte con una cama en forma de U. Pero de eso ya casi ni me acuerdo. Cuando vi este lugar me sentí en el mismísimo paraíso: baño propio con ducha, nevera con un mini congelador, un par de fuegos y hasta televisión. Lo primero que hice fue acoplar el ordenador y mientras sonaba la música, guardar todas mis pertenencias en los armarios. Y ahora los recojo al ritmo de la misma música o quizá otra.

Como ya dije en una entrada anterior, me mudo a la planta de abajo, a la habitación de Jimmy en concreto, dejando aquí recuerdos, pensamientos, grandes momentos, obras culinarias, desorden, orden, manías, manchas…

Todo, en la que fue mi guarida durante 9 meses, la 603.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La 509 te espera con ansias, donde serás bien recibido :)