sábado, 1 de diciembre de 2007

Contando las horas

Ya está empezando la parte final de esta primera fase del Erasmus. Y como digo muchas veces, los días se pasan como hojas de libros sin leer. Parece que fuera ayer cuando todavía tenía ese gusanillo de antes de hacer un viaje. Esa semana anterior a venir que no sabía qué cosas serían importantes de meter en la maleta porque para empezar, no tenía ni donde dejarla. Además no estaba la mami para agobiarme. Pero ahora recuerdo esos primeros días como una anécdota más.

Cambiando de tema, algún paisano que otro nos ha preguntado que porqué Dinamarca. En mi caso porque no tenía muchas posibilidades de elegir. Entre Coímbra y esto… Yo creo que se extrañan de que unos españolitos vengan a un país donde el frío quema y la luz brilla por su ausencia. Pero este país tiene aspectos muy buenos. Para empezar, me encanta poder respirar aire puro cuando sales a la calle. Es como si estuvieras en un bosque. No hay contaminación y como aquí el césped se mantiene casi sin esfuerzo da una sensación de naturaleza fantástica.

Ahora en otoño no ves el suelo. Andas sobre un manto de hojas marrones con el temor de que te puedas caer en un agujero de un momento a otro. Creo que los daneses viven las estaciones tal y como son: el otoño es otoño, el invierno es invierno y “so and so forth” (frase que un profesor mío usa hasta la saciedad y que significa algo como “así sucesivamente”).

Por otro lado, si en España el deporte nacional es la envidia, aquí lo es la confianza. Todo el mundo confía en todo el mundo y no tienes por qué temer que te roben la bici, por ejemplo, cuando la dejas en la universidad todo el día. Tienes la tranquilidad de que la vas a tener al salir. O cómo en las tiendas muestran sus artículos en la calle tan lejos de la puerta que no sabes a qué establecimiento pertenecen. Puede llegar a ser confuso y pensar que son muestras gratuitas cuando en realidad solo forma parte del escaparate. No conciben que alguien haga algo malo a otra persona y eso cuando llega una legión de ‘gitanos’ como nosotros puede ser peligroso.

En fin, que “Denmark is different” y eso se nota en cada rincón.

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