viernes, 14 de diciembre de 2007

Hablar por hablar

¿Qué haces cuando no haces nada? Pensar en qué hacer. Y yo he pensado que tenía que contar algo. No sé ni por donde empezar. Lo haré por lo que me está ocupando la mayor parte de la semana: estudiar. Ya he hecho los exámenes más gordos y entregado el trabajo (aquí se llama Report) de otra asignatura. Ya no sé los días que llevo sin dormir más de 5 horas, pero es lo que tiene dejarlo todo para última hora, hay que apechugar y callar.

Este último par de semanas he descubierto más a fondo un lugar perfecto para estudiar: el databar 116. Es un edificio que, aparte de tener las clases habituales, tiene salas con ordenadores e impresoras blanco-negro, color y para hacer murales. El mayor uso que las damos es el de imprimir fotos y chorradas varias y de vez en cuando algún apunte o trabajo. Y como en la mayoría de los edificios tiene su máquina de café. Pero no una máquina de esas en las que echas las perras y te sale el cafelito, no, es un aparato que te echa el agua hirviendo y luego tú coges los polvitos de café o una especie de cacao no identificada y te lo bebes. ¿Y cómo lo pagas? Pues sencillamente no lo pagas, a pesar de que hay un cuenco lleno de monedas para tal efecto que solo usan los daneses y alguna nacionalidad honrada. Nosotros aceptamos como un reto el poder evitar pagar 3 kroners y como tal, usamos todos nuestros conocimientos con ese fin. Además del pastón que te ahorras, siempre viene bien pasar el rato en los databares porque acabas echando unas buenas e interesantes parlotadas.

Aquí vienes y te sientas en una mesa de un metro de ancho en la que te puedes esparcir a tu gusto, con un ordenador fijo y todavía tienes espacio para colocar el portátil. Si te da por ir a la Facultad de Ciencias con el ordenador te pueden mirar incluso mal, pero aquí se lo trae hasta el más “pintao”, es lo más cómodo si lo usas a menudo, también durante las clases.

Pero ahora que estoy llegando al final de este periodo ya estoy pensando un poco sobre el mesecito que estaré en Valladolid. Ya hay ganas de llegar y ver una ciudad de noche llena de luces. No es que me motive mucho el tema navideño pero cuando no tienes una cosa parece que la echas en falta. Me sorprende no estar allí todavía y ya tener algún planecillo preparado: a ver donde me lleva la Luisa a cenar en condiciones (por fin), a ver si el BM Valladolid hace algo curioso en la Copa Asobal, las cenas y comidas de rigor... pero como siempre la Nochevieja la gestionaremos un día antes.

En fin, así me lo aprendí yo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Holaaaa!! Bueno espero que disfrutes mucho cuando vengas por aki!!! el balonmano....fijo que ganamos la copa asobal!! jeje yo estaré ahi animando!!
un besote!!