domingo, 24 de febrero de 2008

De la visita: día 3

Estos madrugones que nos pegamos me recuerdan a los del Interrail. Hemos ido a visitar el castillo de Hillerod con la inestimable ayuda de la ‘prima’, no la carnal sino mi amigha. Lo mismo hubiéramos llegado pasado mañana al castillo si vamos solos. No sé si elegimos el mejor día porque entre la lluvia y que los sábados por la tarde ese pueblo está desierto pareció un poco desangelador.

En los planes de las visitas se incluyen hacerse la foto en la Sirenita e ir al Kulørbar. Y ahí estuvimos dándolo todo. Aunque este bareto está perdiendo puntos a razón de muchos al día. La cerveza debe ser orina con edulcorantes que le dan sabor a mierda, los seguratas son tan memos como en todas partes o más, etc. En fin, que de Kulør a Kulør y tiro porque me toca.